Ayer fue el día
que los monstruos vuelven...
La ridiculez te lleva en andas.
El sentimiento de culpa y mala conciencia ni te cuento.
Intentàs jinetear entre teorías Freudianas
de posesividad e histeria.
Y yo miro por mi ventanilla...
...mientras creès que conducís.
Aunque tu cuerpo estaba a mi izquierda.
Anoche, la cama estaba helada, congelada.
Ayer noche,
miles de millones de monstruos volvían.
Pero ésta vez, no hubo riña.
Ni tarjetas de invitación.
L, 8-12/4/08
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