“Sopa de almejas, es todo lo que como”
C.A.S.
Alimenté a una criatura que tenía tus ojos.
La recogí del ensueño. La cubrí en mantas claras. La acuné entre mis brazos. Alcancé a sentir como sus vértebras descansaron en mi antebrazo, prematuras de sueño, prematuras de ilusión.
Y mientras succionaba, observé sus ojos somnolientos, que iban ganando aplomo en la misma medida en que mi leche entibiaba su tráquea.
Sus pupilas me observaban. Ese par de soles destilaban tu color café y se enmarcaban en tus pestañas.
Le canté “La Hija del Fletero” en versión cuna; se durmió.
Acaricié su rostro. Besé su frente.
Entorné su cuellito pálido y tibio con la manta que yo misma tejí.
Como un capricho. Ajusté los hilos que surcaron de rosado su débil pielcita.
Y la maté.
21/5/2010
sábado, 22 de mayo de 2010
sábado, 8 de mayo de 2010
El "final"
Su perfume en mi remera, como un capricho.
Todo lo que dejó su abrazo de compromiso.
Nave.
Naufragio.
Galera.
Más naufragio.
Perfume... Perfume... Perfume...
Su chopp inerte, vacío sobre la mesa negra.
La silla en su posición final. Post mortem.
El ventilador grita de mutilación.
Sus ojos ciegos de rencor.
Sus brazos mutilados de silencio.
Y esa garganta decapitada...
Fumo; pero ese perfume…
Nada.
Vacío.
Viento.
Silencio.
Soledad.
Continúo como cuando comencé.
14/4/2010
Todo lo que dejó su abrazo de compromiso.
Nave.
Naufragio.
Galera.
Más naufragio.
Perfume... Perfume... Perfume...
Su chopp inerte, vacío sobre la mesa negra.
La silla en su posición final. Post mortem.
El ventilador grita de mutilación.
Sus ojos ciegos de rencor.
Sus brazos mutilados de silencio.
Y esa garganta decapitada...
Fumo; pero ese perfume…
Nada.
Vacío.
Viento.
Silencio.
Soledad.
Continúo como cuando comencé.
14/4/2010
Voyeurismo.
"En el Mediodía, para llegar a la Posada Desierta hay que seguir la Ruta Roja"
A.R.
Los rieles se deshielaron al estallar la adrenalina que emanaba su cuerpo al arrojarse al vacío. Sus facciones, decapitadas.
Su cabeza, mutilada.
El cuerpo hinchado exhibe la muerte sobre los módulos de madera podrida.
Y sin embargo el pelaje peinado a la gomina por el viento de invierno permanece inerte como la estatua de Mitre.
Grita tu boca mutilada desde ese rostro.
Se asfixia tu garganta desde ese claro de sangre.
Rueda tu cabeza en esa mutilación.
Miro, y tomo el siguiente coche.
12/4/2010
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