una bebida entre sus manos,
una remera de Radiohead,
anteojos de sol,
un morral pendiendo del lado izquierdo
y auriculares estallando pianos y guitarras,
junto a una sonrisa que dejaría imbécil a cualquier instruida en la materia, fue toda su artillería: la llave al mas maravilloso jardín que jamás me habían ofrecido.
-Tanto manjar y yo inapetente; respondí.
Cuando se lo llevó el Sarmiento, sentí todo el viento dentro de mi.
El andén serpenteó de Soledad.
Y de fuego.
Y de ausencia.
Y de noche.
Y de bruma.
Y de Sudestada.
Y de Ciclo Lunar.
República Cromañón me estira sus brazos en la boca de la estación:
-Safaste, dice sonriente.
-Solo por hoy.
Solo por hoy.
Hoy no estoy en mí.
2 comentarios:
Andando por Los Eleven Heights? Fantasman que nos pululan.
Por donde andan tus botas?
Taconeando pasajes mnémicos.
Publicar un comentario