Moretti me grita al oído.
Río.
Costa.
Banco.
Enciendo mi Blue.
Se acerca, se sienta banco de por medio.
Me esconden las gafas sepia…sepia…
Se acerca, la miro, algo me susurra y me estira su confesión de mártir: “Cristo te ama”.
-Santa Marta M. también, pienso.
Folleto en mano la miro, Exhalo el Blue, “no gracias”, me aconseja Friedrich.
Confiesa again.
Se va.
Disparos que encienden mi parte más animal.
Niños jugando al otro lado de la costa.
El bote golpea, la gente pasa, mira, vuelven a pasar.
Ríen, se besan, solos y solas a la deriva de un viento sin fin, de un mar sin costas ni bordes.
“Hoy el mar está revuelto y soy en único náufrago”, me grita Alejandra.
Pues “que enloquezca en mis ojos la mañana” le digo.
Y que pensará Delia, de Plaza Constitución, con su marquesina chorreando Arlt –le debo una pluma también-.
Botas, saco, mp4, o 5 -da igual- bolso, caminata.
“Danza lunar”.
- Y ésta brújula que marca el Sur-
Ya me fui.
(28 de Julio de 2009)
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